Una madre y su hijo estaban cenando cuando escuchan que un asesino en serie, muy peligroso y agresivo había escapado del centro penitenciario de la ciudad y que había sido visto pocas manzanas cercanas del hogar de la familia.
Esto provocó la incertidumbre de la madre que, al irse al trabajo tenía que dejar a su hijo solo en casa. Para prevenir desgracias cerró las ventanas, puertas, y le explicó lo siguiente a su hijo:- No abras ninguna ventana ni las puertas. Aunque llevo las llaves, por si ocurre algo, yo llamaré 3 veces seguidas al timbre o simplemente me reconocerás por la voz y entonces sabrás que soy yo.
Llegado el momento, la señora se fue a trabajar y dejó a su hijo solo. Éste, lleno de miedo, cerró la puerta y se puso a ver la tele para relajar la mente.
Al cabo de rato, el chico ya estaba dormido cuando de pronto llaman a la puerta. PON...PON....el chico se despertó y aterrado se dirigió muy despacio hacia la puerta y dijo:- ¿Eres tú mamá? La respuesta vino con otra serie de golpes acompañados de un susurro escalofriante que decía: JABREME DA PUETA. El niño atemorizado huyó hacia su habitación donde se pasó la noche llorando y esperando a que llegase su madre, hasta tal punto que se quedó dormido.
Al día siguiente cuando se levantó se dio cuenta de que su madre no había vuelto. Y aún con miedo se dirigió a la puerta que conducía a la salida de la casa y se encontró a su madre con las piernas cortadas (por lo que no pudo llegar al timbre), la lengua cortada (por lo que no le pudo reconocer la voz) y totalmente ensangrentada.
Desde ese día este chico tuvo que estar hospitalizado en un psiquiátrico y no pudo dormir sin sufrir constantes pesadillas.
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