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  • A quién no le han contado alguna vez algún relato extraordinario pero que sin embargo roza el costado de lo increíble. Son experiencias que le ocurrieron al amigo de un amigo o al vecino de Fulanito pero que dentro de la cadena de relaciones nunca permiten llegar a la raíz del asunto. Lo cierto es que esas historias constituyen las leyendas urbanas de cada ciudad, sus cualidades míticas.

2008-10-14

El fantasma del museo

El Museo de Arte Hispanoamericano "Isaac Fernández Blanco" guarda entre sus paredes una de las leyendas urbanas más populares. Este museo no solo custodia los objetos de arte de distintos períodos históricos, sino también una historia de fantasma que asustó incluso a un presidente norteamericano y a los poetas Oliverio Girondo y Manuel Mujica Láinez.
En ese lugar funcionó una compañía importadora de esclavos y mas tarde perteneció a la Parroquia del Socorro, en la década del 20 el arquitecto Martín Noel construyó allí un complejo de estilo neocolonial, con jardines andaluces. En 1937 se creó en el lugar un Museo que la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires llamaría mas tarde con su nombre actual.Se dice que en el lugar aparece el fantasma de una joven de 17 años que murió de tuberculosis cuando aún el predio era de dominio parroquial. En 1928, cuando ya era conocido como la “Mansión Noel” se alojó allí Herbert Hoover, presidente de los Estados Unidos, que se quejó por los lamentos y ruidos de puertas que se escuchaban por la noche y no le permitían dormir, incluso sus acompañantes dijeron haber visto una figura paseando por los jardines. También en tiempos actuales hay personas que aseguran haber visto una figura extremadamente blanca merodeando por el lugar.Los poetas y escritores de la década de 40 acostumbraban a reunirse en la casona del poeta Oliverio Girondo y su esposa Norah Lange, que vivían en las inmediaciones de la mansión Noel, los visitantes de la pareja aseguraban que por las noches veían al espectro, pasear por los jardines e incluso algunos decían que habían dialogado. Se dice que, en 1989, el “fantasma del museo” inquietó a la bailarina española Graciela Ríos Saiz al salirle al encuentro cuando ensayaba en los jardines del museo.Leyenda urbana o realidad, lo cierto es que esta aparición, que desde 1920 atormenta a distintos huéspedes de aquella mansión.

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