• Un EsPaCiO pArA cOnOcEr MáS dE cErCa A lA cIuDaD qUe NuNcA dUeRmE... pArA dEsCuBrIr QuÉ nO lA dEjA dOrMiR...

  • A quién no le han contado alguna vez algún relato extraordinario pero que sin embargo roza el costado de lo increíble. Son experiencias que le ocurrieron al amigo de un amigo o al vecino de Fulanito pero que dentro de la cadena de relaciones nunca permiten llegar a la raíz del asunto. Lo cierto es que esas historias constituyen las leyendas urbanas de cada ciudad, sus cualidades míticas.

2008-10-14

Luz María García Velloso: la dama de blanco

Como habrán podido apreciar, me fascinan las insólitas historias de amor y tragedia que guarda el cementerio de la Recoleta. Tal vez, por su maravillosa arquitectura, por los ilustres muertos que descansan allí o, simplemente, porque me encantan las historias de fantasmas. Esta es otra de esas historias, la de Luz María García Velloso, quien murió en 1925, a la edad de 15 años, de leucemia. Era hija del dramaturgo Enrique García Velloso. Su tumba se encuentra a la derecha de la avenida principal del cementerio de Recoleta. Allí, una escultura de tamaño natural la representa dormida. Tras su muerte, su madre, desesperada y deprimida, obtuvo un permiso especial para permanecer junto a la bóveda por las noches, donde durmió en un pequeño espacio detrás de las rejas durante meses.A Luz María se le atribuye el protagonismo de la leyenda urbana más popular del mundo: la Dama de Blanco: dicen que varios jóvenes porteños se encontraron con una bella chica, a quien llevan a bailar o a tomar algo, ella siente frío y se lo comunica al jóven, este le presta su saco y ella lo mancha de café. Al día siguiente, cuando el joven concurre a la casa de la chica con el objetivo de recuperar su saco, lo atiende la madre, que le comunica que la jóven que había conocido horas antes está muerta desde hace años y le indica el lugar de su sepultura, en la Recoleta. El joven va al cementerio, incrédulo, y encuentra su saco sobre la bóveda. Algunas versiones más estrafalarias cuentan que el jóven, al conocer la verdad, enloquece o se suicida. Otra versión cuenta el encuentro de uno de los jóvenes con la madre de Luz María: la chica entra al cementerio una vez terminada la salida y se pierde entre las bóvedas, mientras el joven la sigue y comprueba que estuvo paseando con un espectro.El actor Arturo García Buhr decía que la había visto en las afueras del cementerio. Según contó Buhr, él le guiñó un ojo y siguió su camino. Durante años, los jóvenes porteños evitaron seducir a chicas en la esquina de Vicente López y Azcuénaga, lugar en el que se han dado la mayoría de los encuentros. Una vez más, una jóven que más allá de la muerte, va en búsqueda del amor que no pudo encontrar en vida o quizás, Luz María, no pudo dejar a su sollozante madre y se quedó para consolarla.

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