Ésta consistía en cortar con un arma punzante las comisuras de los labios o, en otra versión, hacer sujetar a la víctima con la boca una navaja mientras se la provocaba la risa. Ya ven, te convertías en miembro del colectivo payaso gracias a esta simpática práctica. Se comenta que la práctica era una apuesta entre bandas rivales, algo así como una competición para ver quién convertía a más gente en miembros de payasos sin fronteras.
Otras opciones eran arrancar los dientes a golpes con martillazos como añadido a tan sutil práctica. Las mujeres, no obstante, podrían elegir su pena aún siendo todas las opciones bastante dolorosas. La pregunta para ellas era “¿Qué prefieres: ser violada, que te rompamos los dientes contra un bordillo o que te hagamos la sonrisa del payaso?”.
Otras opciones eran arrancar los dientes a golpes con martillazos como añadido a tan sutil práctica. Las mujeres, no obstante, podrían elegir su pena aún siendo todas las opciones bastante dolorosas. La pregunta para ellas era “¿Qué prefieres: ser violada, que te rompamos los dientes contra un bordillo o que te hagamos la sonrisa del payaso?”.
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